El Diablo como vendedor. (Un chiste con moraleja para vendedores.)

            Una persona murió y después de despedirse de sus seres queridos y de dejar atrás esta vida, llega con San Pedro a la entrada de las puertas del cielo.

            Un ángel le dio la bienvenida y le indicó que debería de tomar un número y esperar su turno. Así lo hizo y tomó asiento. Pacientemente esperaba su turno y observaba como es que continuamente seguían apareciendo más y más personas por la puerta que él mismo había llegado y como cada uno era llamado según su turno y atendido por San Pedro.

            La persona proporcionaba a solicitud de San Pedro, su nombre completo junto con los dos apellidos, el país de origen, la edad y circunstancias al fallecer. Estos datos se introducían en la computadora y en unos instantes aparecía la respuesta.

            Para fortuna de algunos se abrían las puertas del cielo donde dos ángeles lo recibían y con dificultad se podía observar que había muchas personas, todas vestidas de blanco, con una actitud muy serena y una leve sonrisa en el rostro.

            Para otros después de proporcionar sus datos no se abrían las puertas del cielo, sino las de un elevador, todo rojo y negro por dentro donde una vez adentro y cerrada la puerta, el elevador bajaba hasta que se perdía de vista.

            Por fin le tocó su turno, se acercó a San Pedro y proporcionó todos sus datos. Esperó un poco como lo habían echo los anteriores y... nada, no había respuesta, -que raro- comentó San Pedro, -haber dime otra vez tu nombre completo, país, edad y circunstancias al fallecer-, de nuevo se le dieron los datos a la computadora y... nada, -que raro- volvió a exclamar San Pedro quien se alejó unos pasos y sacó su celular, blanco obviamente, marcó unas teclas y solicitó asistencia, platicó un poco a través del teléfono y guardando el celular, con un gesto de bueno ni modo y encogiendo los hombros, le indicó que como no estaba en la computadora tenía el derecho de escoger entre cielo e infierno.

            Magnífico suspiró el amigo, así que se le abrieron las puertas del cielo y las del elevador que conducía al infierno. Primero entró al cielo y vio como todos vestidos de blanco caminaban, jugaban, leían, platicaban, -¿esto es el cielo?- le preguntó a San Pedro y este le contestó que en efecto, este es el cielo, la tranquilidad, la paz y la armonía y San Pedro le preguntó -¿te quedas o quieres ver el infierno antes de decidir?-, -nomás por curiosidad- respondió el amigo, así que salió del cielo y entró al elevador quedándose San Pedro afuera. -¿No me acompañas?- preguntó,  -No- respondió San Pedro, ve tú y regresa para anotar en la computadora tu decisión-. Así lo hizo presionando el botón negro de abajo en el tablero del elevador.

            Se cerraron las puertas y comenzó a bajar hasta que se detuvo y al abrirse las puertas lo recibió el Diablo vestido con un elegante traje rojo de etiqueta, le invitó a pasar y vaya sorpresa, parecía una enorme casino o discoteca, música, hermosas mujeres, vino, mesas de todos los juegos, comida en un enorme bufete, baile, diversión, albercas, televisión, salas de cine, todos parecían divertirse, -¿esto es el infierno?- preguntó y el Diablo le contestó, -claro no te creas los malos chismes, esto es el infierno, todo será tuyo si vienes conmigo-.

            Rápidamente se subió al elevador comentándole al Diablo que le separara a la hermosa y alta rubia que se parecía a Marlylin Monroe e indicándole que enseguida regresaba, presiono el botón blanco de arriba y una vez arriba salió corriendo, se dirigió a San Pedro y le indicó muy decidido, -me voy al infierno-.

            San Pedro haciendo una sutil mueca, anotó la decisión del amigo en la computadora y se abrieron nuevamente las puertas del elevador. Ansiosamente el amigo se metió y presionó el botón negro de abajo.

            El elevador bajó y al detenerse y abrirse las puertas, lo recibió el diablo con su tridente, la obscuridad, el fuego, los gritos, gemidos y lamentos de dolor parecían ensordecedores, por lo que gritando le preguntó al Diablo, -¿qué es esto, qué pasó, dónde esta la diversión, la música, el vino  y las mujeres?- , -Esto es el infierno- contestó el Diablo, mientras lo picaba con su enorme tridente, -¿por qué me engañaste, me mentiste, me hiciste ver lo que no era, todo para que me decidiera por el infierno?- preguntó el amigo, y el Diablo le contestó -es que entonces eras... prospecto-.

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Comentarios

  1. definitivamente muy bueno. Espero aprender con ustedes, estoy comenzando en el campo de los seguros y creo que la información que ponen a nuestra disposición es muy valiosa.

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  2. que pena , pero cual es el mensaje que se quiere ttrasmitir con esta fabula?

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  3. Dos comentarios diametralmente opuestos, bendita diversidad, el primero dice "muy bueno" el segundo comentario "cuál es el mensaje???" esperemos un tercero para el desempate.

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