Hay una escena en particular que me
encantó. Cuando una vez que el protagonista protagonizado por Leonardo Di
Caprio, es un corredor de bolsa que sale de Wall Street debido a que el mercado
de valores se desplomó, y su esposa la convence de que él no es para ser
empleado y le señala un anuncio en la sección avisos de ocasión donde solicitan
corredores de bolsa.
Llega al lugar y es un ambiente
menos que mediocre, no se desanima continúa obteniendo información de la
operación, venden acciones baratas de centavos de dólar de compañías diminutas
y desconocidas en cantidades muy pequeñas cuando en Wall Street son acciones de
empresas de renombre y por cantidades asombrosas.
Cuando se entera de la muy alta
comisión que se gana el vendedor, ve el gran potencia y se pone a trabajar,
manos a la obra, o más bien dicho toma el teléfono y empieza a vender con las
técnicas aprendidas de los súper vendedores de acciones de Wall Street pero
ahora en un ambiente de amateurs aficionados a las ventas por teléfono.
Aplica su estrategia ante el incauto
interesado que respondió a un anuncio de hágase rico fácil y rápido, cuando los
demás vendedores aficionados empiezan a percibir su eficacia, es casi mágico el
cómo se van quedando pasmados, absortos ente un profesional al teléfono que
persuade, anima, domina el ambiente, sabe quedarse callado en los momentos
adecuados, que es el principal error de los vendedores aficionados que hablan
sin parar, en cambio este profesional sin ética además motiva, anima, promete
grandes beneficios para aprovechar la oferta del momento y termina convenciendo
al comprador.
Cuando reacciona se da cuenta de
que todos en esa oficina han dejado de hacer sus actividades y lo están viendo actuar
en completo silencio, no lo pueden creer, lo están escuchando y no dan crédito
a lo están presenciando, un vendedor que no acepta un no por respuesta, un
vendedor motivado por obtener el consentimiento del comprador, por cerrar la
venta, que no cede terreno, sino que conoce al comprador y el proceso de la
venta, que mantiene el equilibrio y control, que deja que el comprador pase de
una etapa a la siguiente como si el fluir fuera natural y sencillo y termina
obteniendo el “sí me interesa” y cierra la operación.
Recibe una ovación de los demás aprendices que no sabían que son aprendices hasta ese momento que reconocen a un profesional que demuestra con hechos el uso de la técnica con la pregunta natural y obligatoria de ¿cómo logra hacer eso?
Tal vez en la trama de la obra y
la dirección de Martin Scorsese es cuando él protagonista se percata del
potencial que posee, cuando se da cuenta de que lo que él creía que era normal,
natural, no es así, sino que los vendedores noveles (nuevos) aspiran a dominar,
la técnica de la venta moderna, la técnica de la manipulación.
Eso es precisamente lo no que no
se debe hacer, mentir, engañar, prometer lo que no es, manipular al comprador, pero
la trama de la película es precisamente esta falta de ética en este súper
vendedor y su consecuencias naturales.
Por supuesto que muchos
directivos de ventas querrán clonar este tipo de vendedor y eso es lo que tiene
de malo, que la mirada está en el resultado inmediato y no en el largo plazo.
Los directivos que quieren resultados sin importar la forma en que se consiguen,
quieren cumplir con su cuota para lograr su bono, cuando lo que en realidad se
debería de incentivar es el medio correcto y la forma de lograr el fin
propuesto. El fin no justifica los medios.
Recomiendo esta película para los
vendedores y en especial a los agentes de seguros. Alguien podrá decir mira que
hábil vendedor, cuando otro con más experiencia podrá reconocer la estrategia
que utiliza y muchos de estos detalles están muy bien cuidados en la película.
Si usted es vendedor seguro disfrutará estas escenas.
Otra escena fascinante es cuando
el protagonista en un restaurante trata de explicar su estrategia a sus nuevos
vendedores recién reclutados, para luego llegar a la táctica más adelante en el
desarrollo del film. Lo encantador es el reflejo de las situaciones reales mientras
que el líder trata de explicar la dirección, la estrategia, los aprendices se
distraen con nimiedades, es como cuando el guía señala la dirección hay quienes
se fijan en los dedos de la mano en vez de la dirección que se señala. Obvio
que resulta desesperante y el instructor se tiene que armar de paciencia ante
su inquieto grupo de nuevos vendedores.
Estos distraídos aficionados del
inicio cual niños de kínder, más adelante en la trama serán unos vendedores que
dominan la táctica en la venta por teléfono. Esto es algo entre muchas otras circunstancias,
con la que lo que en lo personal me identifico en la formación de agentes de
seguros, tengo el privilegio de verlos dominar sus miedos, verlos crecer,
aumentar su autoestima y ganar confianza.
Una de las reflexiones de esta
historia basada en hechos reales, es ¿qué tanto se necesita hacer trampa para
triunfar?
La diferencia es el tiempo en que
se obtienen resultados, con trampa es más a corto plazo y siendo ético y
honesto será a mediano plazo. Así que, qué tan dispuesto está el vendedor a
invertir en el proceso de ventas en función de que tan necesitado o desesperado
está por obtener resultados, entiéndase ingresos.
Esta es una lucha interna que los directivos y formadores de vendedores deberán advertir en sus nuevos candidatos y supervisar que el nuevo vendedor no se deje seducir por el camino fácil ni al principio que es más vulnerable ni en el desarrollo de su carrera cuando será más lucrativo.
No le anticipo más situaciones de
la trama de la película para que usted disfrute las escenas, algunas con las
que se identificará y otras con las que sentirá desprecio.
Prepárese porque es una película con
clasificación “C” y dura tres horas, sobretodo prepare a su acompañante, que si
no es del medio de las ventas es seguro que pasará por alto muchas escenas que
usted encontrará fascinantes, divertidas e incluso aleccionadoras.
Totalmente de acuerdo. Me fascinó la película. La escena que a mi me encanta es cuando están en el restaurante y le pide a su amigo Brad que le venda la pluma. Simple y sencillamente le dice "Escribe tu nombre en la servilleta". Generar una necesidad. Excelente blog Ricardo!!!
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