Otro caso de por qué creo en las Diosidencias.


Dando capacitación a nuevos agentes me acordé de este caso, hacía tiempo que no lo comentaba.

Esto sucedió hace ya varios años. Un nuevo candidato para ser agente de seguros en un grupo de nuevos agentes mostró interés inusual en las opciones de conversión, sobre el uso de los valores garantizados; la opción de préstamo, el préstamo automático, la conversión de la póliza en seguro saldado y prorrogado.

Regularmente primero explico la teoría y luego varios casos prácticos en un Temporal, un Vitalicio pagos limitados y al final un Dotal. Bueno el caso es que me apuraba para ver casos prácticos, números, fechas, etc.,  cuando todavía no terminábamos con la teoría, los conceptos.

En aquel entonces los estudios de computadora no contenían como ahora la tabla de valores garantizados, por lo que tenía a la mano copias de diversas pólizas, carátula y tabla de valores garantizados, con los datos personales ocultos por supuesto.

Dentro de mi forma de explicar llega un momento en que comparo el seguro prorrogado con el préstamo automático. Si la póliza se deja de pagar y la compañía de seguros no recibe instrucciones de parte del asegurado, la póliza no se cancela por falta de pago sino que se auto presta (préstamo automático) de la reserva para el pago de la prima, esto es que continúa vigente, grabada con préstamo, mientras la reserva lo permita, es como si el asegurado solicitara un préstamo en una ventanilla y luego de recibirlo pasa a la caja a pagar la anualidad en curso, así que el agente continúa recibiendo comisiones. (Con este argumento logramos que se paguen comisiones cuando la póliza se paga con cargo a la reserva o fondo en administración.)

En cambio si el asegurado hubiese optado por convertir su seguro de vida en seguro prorrogado logra un poco más de tiempo de protección porque el agente ya no recibirá comisiones. Lo he resumido, creo, a su mínima expresión, realmente lo hago más a detalle pero esa es la idea.

Lo raro es que después de que le dedicamos más del tiempo que normalmente me lleva explicar estos conceptos el candidato a agente en cuestión no regresó al siguiente día de capacitación, ni en los siguientes días, ya no volvimos a saber nada de él. Por algún motivo ni mi asistente ni yo le llamamos y así pasaron varias semanas.

Como a eso de un mes o un poco más, mi asistente me solicita que si puedo recibir a ese candidato a agente que dejó de asistir a la capacitación, que quiere hablar conmigo y solicita una cita. Ufff, si es para disculparse no es necesario, si es para incorporarse no puede reintegrarse al grupo, en dado caso que se espere a que inicie con el siguiente curso. Mi asistente me indica que no es para nada de eso, que es para despedirse.

No es necesario –dígale que le vaya bien- pero él insiste en hablar conmigo, así que ante tanta insistencia, poca resistencia, finalmente accedí  y le indiqué el día y la hora en que lo podía recibir. La verdad le día la cita con fecha dentro de varios días con ganas de que desistiera porque si no es para regresar, a veces son historias más de consulta psicológica.

Llegó la fecha y cuál va siendo mi sorpresa que venía acompañado de su señora madre. Por un momento pensé que como en la escuela, que venía obligado por su madre para regañarlo frente a mí por haber abandonado la capacitación o algo así y resultó todo lo contrario, venían a agradecer la explicación del funcionamiento del seguro de vida especialmente la cláusula de préstamo automático y, amable lector, le platico la historia.

Resulta que el papá del candidato y esposo de la señora se enfermó, trabajaba en un taller, no tenía seguro social, ya no pudo trabajar y literalmente cayó en cama, tan grave fue la enfermedad que consumió casi todos los recursos de la familia y obviamente, así lo comentó, como no se iba a morir pronto, también se olvidaron de pagar el seguro de vida.

La enfermedad los ocupó día y noche por varios años, mismos que no se pagó el seguro de vida. Vivian de un dinero que su hermano que vive y trabaja es Estados Unidos mensualmente les envía. Finalmente el señor falleció. Habían transcurrido más o menos siete años desde que enfermó.

Un año y meses después, casi dos años, del fallecimiento del papá, es cuando el candidato a agente llega a la promotoría, estaba recién desempleado por reajuste, e inicia con el siguiente curso de capacitación que imparto y ahí es donde mostró ese inusual interés.

No regresó porque, después de haber entendido lo del préstamo automático, en algún lugar recuerda haber visto una póliza de seguro de vida a nombre de su padre y se dedicó a vaciar cajas y cajas hasta que después de varios días encontró la póliza de seguros de vida, y se puso a estudiar la tabla de valores garantizados.

En resumen. Esta póliza se había estado pagando por nueve años, el décimo es cuando se dejó de pagar por la fecha en que inició la enfermedad, trascurrieron siete años hasta el fallecimiento y la fecha del seguro prorrogado, en el noveno año es dentro de seis años. ¡Debe estar vigente!

Acudió a la compañía de seguros y solicitó información sobre la póliza. Lo que le indican es que la póliza se encuentra grabada con préstamo. Esto no debió de suceder porque es información confidencial pero sucedió y le dieron información. Ahora solicitó instrucciones para reclamar el seguro de vida y le proporcionaron un formulario en donde además se indica la papelería que debe presentar.

Reunió la papelería, la beneficiara era su madre y ambos acudieron a solicitar el pago del seguro de vida. Entregaron el formulario completo, y las actas solicitadas, identificación de la madre y todo y les dieron una fecha para dentro de varias semanas para regresar. Estaban a menos de dos meses para que se cumplieran dos años de la fecha de fallecimiento del papá. Las obligaciones del seguro cesan a los dos años.

Esa fecha fue hace una semana, ya cobramos el seguro de vida y venimos a darle las gracias y la señora me dio la bendición y se despidió. Pocas mujeres me han dado una bendición, obviamente mi madre cada vez que voy a visitarla a Saltillo, mi esposa cuando salgo de viaje, pero esa señora insistió en conocerme para darme las gracias y su bendición.

La bendición es para el agente que hace diez y nueve años le vendió un Seguro de Vida Vitalicio, yo no hice nada solo explicar una vez más, cómo funciona el seguro de vida.

Coincidencia o Diosidencia. Si no es porque al hijo lo reajustan, se encuentra con mi anuncio en su búsqueda de trabajo y acude a la capacitación, nunca se hubiera enterado de que el seguro de vida de su padre estaba vigente en el momento del fallecimiento aún y cuando habían pasado siete años sin haber estado pagando las primas.

La suma asegurada era de cuatro millones de pesos y recibieron algo así como tres millones setecientos mil pesos.

Querían despedirse pues tienen un hermano en San José California que ya se hizo ciudadano americano y hacia allá va su madre con esos casi cuatro millones de pesos a vivir una viudez digna.

Coincidencia o Diosidencia.

Comentarios