Buenas y malas prácticas como Agente de Seguros en Monterrey

Mucho se promueve el intercambio de buenas prácticas como Agente de Seguros, ya sea en foros, cursos, seminarios, talleres, libros, blogs, artículos, reportajes, entrevistas, conferencias, etc., etc., pero y ¿qué hay de la contra parte, las malas prácticas?

Si el objetivo es aprender, pues entonces reflexionando un poco, porque no se me da mucho, en ¿cómo se aprende? es que se me ocurre, ocurrencias mías, en recolectar malas prácticas con base en que "echando a perder se aprende".

Ya sé que no es la mejor ni la más práctica y por mucho ni la más económica forma de aprender, sin embargo sucede y sucede muy a menudo, porque somos, me incluyo, socarrones, necios, tercos y nos tropezamos una y otra vez con la misma piedra hasta que, tarde que temprano, por fin aprendemos la lección.

Quiero suponer que mucho, por no decir que casi todo, de este aprendizaje se queda en la confidencialidad y poco se ventila. Estas valiosas lecciones, valiosas en serio tanto en lo monetario como en lo práctico. 

Valiosas en lo económico porque alguien pagó el precio y a veces el precio fue realmente alto para aprender esa particular lección, ya sea perdiendo la cita, el prospecto, la venta, el bono, la convención e incluso hasta la carrera de Agente de Seguros.

Este supongo que es el más alto precio de la lección, dejar de ser agente por uno o varios errores cometidos, ya sea de acción o de omisión, esto es, de haber hecho o de no haber realizado cierta actividad. En nuestra promotoría, admitir el error de la vez anterior, es el requisito cuando alguien que ya fue agente desea incursionar de nuevo y nos selecciona como su nueva promotoría.

Cada uno de nosotros crecemos mucho cuando admitimos nuestros errores y crecemos más cuando los compartimos, hay conferencistas de muy alto nivel que viven de contar sus errores y han obtenido tanto valor que se esfuerzan en compartir la riqueza adquirida con su fracaso.

El agente que por algún motivo, causa, razón o circunstancia dejó la carrera de Agente de Seguros tal vez pueda, si es que se abre a colaborar, aportar con su mala experiencia para ayudar, allanar y facilitar con ello el camino a otro agente al menos para que no cometa ese grave error que le costó la carrera.

Si ya pagaste un alto precio por tu mala decisión, ayuda a que alguien más ya no lo vuelva a pagar, comparte tu fracaso y esperemos le sea de utilidad, que le sirva a alguien más, no te quedes con la lección, no te la lleves a la tumba.

En nuestra idiosincrasia como que no somos muy dados ni nos gusta hablar de nuestros fracasos, y decir fracaso eso es ya un gran avance porque a veces ni siquiera queremos calificarlo de fracaso, sin saber que con ello estamos evadiendo la oportunidad de sacarle mayor provecho.

En la publicación Yo no fracasé, nada más no la hice como Agente de Seguros describo la reacción, supongo que típica, de evadir calificar de fracaso el resultado obtenido.

Triunfo o fracaso, es tan solo un resultado, pero el triunfo ese si lo proclamamos a diestra y siniestra, pero ¿y qué del fracaso?, ese lo escondemos, como si fuera malo, tenemos una mala asociación con el fracaso.

Tal vez seguimos acarreando ese bochornoso desencanto de nuestra niñez cuando en una ocasión sacamos varios 10 de calificación, corrimos a enseñar las calificaciones a nuestro padre, nosotros estábamos orgullosos de esos 10 pero nuestro padre sólo se fijó en ese 6, es único 6, un solo 6 aislado, lo demás está muy bien, había muchos 10 pero nuestro padre, producto de su propia historia se fijó solo en lo malo, lo negativo.

Es natural que así haya sucedido, lo malo es seguir acarreando esa mala asociación con el fracaso, porque es precisamente en el fracaso que se encuentran las más y mejores lecciones.

Acaso no calificaron de fracaso a cada uno de los muchísimos malos resultados obtenidos por Tomas Alva Edison cuando él tenía otro enfoque, para él eran solo resultados, resultados negativos, pero no malos, para él cada resultado negativo era indicador de que de esa manera, esa combinación de gas, filamento, voltios, amperes y watts no se enciende la bombilla para producir luz. 

Él tenía una idea clara de cómo producir luz, pero era tan solo una idea, así que lo que estaba buscando eran los componentes adecuados, la fórmula que sí funcionara, con este pensamiento cada resultado negativo lo acercaba más a su éxito, es por ello que su respuesta fue: no he fracasado, he encontrado todas esas maneras de no hacer encender la bombilla eléctrica.

Por cierto que Tomas Alva Edison nació en Sombrerete Zacatecas, lo plasmo porque ya le andan queriendo dar otra nacionalidad cuando la verdad es que es mexicano.

En el fracaso está la oportunidad de intentarlo de nuevo pero de forma diferente. Recordemos la definición de locura de Albert Einstein; Locura es esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.

Si es tu caso o conoces a alguien que estuvo en seguros como agente y ya no se dedica a ello, invítalo a que visite mi otro y nuevo blog http://agentedesegurosfracasado.blogspot.mx/ y que comparta su experiencia.

Pregúntate si es tu caso ¿qué harías diferente si tuvieras la oportunidad de retomar tu carrera como Agente de Seguros?

Anima a esa persona que conoces que ya no es Agente de Seguros a que visite http://agentedesegurosfracasado.blogspot.mx/ y comparta su experiencia, tenlo por seguro que si lo hace, te lo va a agradecer.

Cada uno de nosotros hemos aprendido mucho y tenemos otro tanto por enseñar.

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